Introducción

Nuestro pasado está enraizado en la convivencia de tres culturas: árabe, cristiana y sefardí. Sin embargo, las influencias que forjaron nuestra historia fueron más allá de ellas. El espíritu curioso del mundo antiguo se reflejó en el desarrollo de rutas hacia Asia y África, y más tarde América y Oceanía, transitadas por exploradores, peregrinos, guerreros, predicadores, colonos y comerciantes, conformando así una extensa red de intercambio cultural que dio forma a un paisaje histórico rico y complejo.

 

En este sentido, nace con la pretensión de reivindicar la presencia de la música antigua de tradición escrita de otros países. Nuestra intención es abrir la puerta a la universalización del concepto de música antigua para abarcar también otras culturas, culturas que ofrecen un abundante material académico que hace posible una labor de investigación rigurosa.

 

parte del convencimiento de que la inclusión de la música antigua china en los circuitos de música histórica puede ser una iniciativa pionera y enriquecedora por la belleza y abundancia de sus obras musicales, la existencia de innumerables colecciones que las compilan, o la sistematización de los tratados teóricos por parte del Departamento Imperial de Música a lo largo de dos mil años.

 

Por todo esto, creemos que el descubrimiento de la música antigua china puede constituir una experiencia satisfactoria para la crítica, los oyentes especializados y el público en general. Nuestros proyectos suelen abarcan el ámbito sino-europeo, investigando las relaciones históricas de ambas tradiciones.

 

El nombre nace con este espíritu integrador, tomado del término zhugongdiao 诸宫调, un género que surge en China a finales del siglo XII como un espectáculo musical, narrado y cantado, en el que se alternaban diferentes formas musicales. Hemos escogido la forma arcaica “ayres” como expresión de encuentro con la música antigua occidental.
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